jueves, 7 de mayo de 2015

Aprende a entrenar tus reflejos

Los reflejos son reacciones musculares inducidas por señales nerviosas ante estímulos externos.
Por ejemplo, si ves que una pelota se acerca a tu cabeza, la médula espinal enviará una señal a tu mano para bloquear la pelota antes de que pueda golpearte. Tener buenos reflejos ayuda tu desempeño en los deportes, ejercicio y en actividades diarias como cruzar la calle o conducir. Algunas personas nacen con reflejos rápidos, y otras deben practicar para obtener una reacción más rápida a los estímulos. Aquí te presentamos varias técnicas que pueden ser empleadas para mejorar tu tiempo de reflejo.

Ejercicios físicos:

Corre en el bosque. Ya que no requiere equipo especial o compañeros de ejercicio, correr en el bosque puede ser la forma más fácil de mejorar tus reflejos. Simplemente encuentra un camino cercano en la naturaleza, preferiblemente uno angosto con un terreno variado y no uno amplio, y empieza a correr. El piso desnivelado y las raíces y rocas impredecibles que esquivarás crearán una variedad de estímulos a los que tu cuerpo tendrá que reaccionar rápidamente. Entre más seguido vayas a correr, más rápidos se harán tus reflejos.

Practica atrapando una pelota de hule que rebote o una “pelota de reacción”. Las pelotas de reacción son pelotas de hule de seis lados que rebota en ángulos impredecibles. Pueden ser compradas en la mayoría de tiendas de artículos deportivos. Toma una de estas, o una pelota simple de las máquinas de monedas, y arrójala contra una pared exterior. Céntrate en atrapar la pelota mientras rebota de vuelta hacia ti. Una vez que tu tiempo de reflejo mejore, tira la pelota con más fuerza, forzándote a brincar y moverte para atraparla.

Juega quemados con un compañero. Para este ejercicio, necesitas una pelota grande de espuma y un amigo. Haz que un compañero lance la pelota hacia ti desde una distancia de metro y medio aproximadamente mientras intentas esquivarla. Conforme vas esquivando bien la pelota, pídele a tu compañero que la tire con más fuerza y desde una distancia menor.

Juega a las matatenas. Para los días en los que te sientas menos intenso, juega con las matatenas. Este juego clásico para niños viene con una pelota pequeña y doce piezas de metal. Empieza rebotando la pelota ligeramente y recogiendo tantas matatenas como sea posible. A medida que mejores, rétate a ti mismo rebotando la pelota con más velocidad. También puedes esparcir las matatenas más lejos para incrementar la dificultad del juego.

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